Un estudio de las agencias de la Organización de Naciones Unidas reveló que alrededor de 750.000 trabajadores a nivel mundial mueren cada año debido a un ataque al corazón o derrame cerebral, tendencia que se mantiene al alza.
Las cifras, revelan un aumento del 29% en esta problemática desde el año 2000. Según la doctora Maria Neira del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, “trabajar 55 horas o más por semana es un grave peligro de salud, largas jornadas que pueden provocar una muerte prematura”.
La morbilidad relacionada con el trabajo tiene un impacto más significativo en los hombres, a quienes corresponde el 72% de las muertes, la mayoría de ellas en sujetos de entre 60 y 79 años de edad.
En concreto, trabajar 55 horas o más a la semana eleva el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular en un 35% y un 17% de padecer cardiopatía isquémica.
Lo preocupante, es que se prevé que la tendencia en el aumento de horas de trabajo siga incrementándose, debido principalmente a la revolución de las nuevas tecnologías de información y comunicación en el ámbito laboral. Desde las autoridades sanitarias el llamado es a implementar y hacer cumplir reglamentos que prohíban las horas extraordinarias obligatorias, ya sea mediante convenios para hacer el trabajo más flexible o acuerdos que pongan un tope al máximo de horas laborables.