Con el impacto de la pandemia por el covid-19 y el cambio de modalidad de trabajo presencial a remoto, muchos empleados rodeados de un ambiente tóxico se sintieron aliviados, pero, según expertos existe también la posibilidad que esas dinámicas laborales desagradables puedan seguirnos a casa y en algunos casos empeorar el aislamiento.
Existen muchas formas en que un trabajo puede tornarse tóxico pero siempre tienen en común la negatividad y el daño que generan, por la exposición a peligros psicosociales. Entre las causas están el nulo o poco apoyo organizacional, malas relaciones interpersonales, altas caras de trabajo, falta de autonomía, malas recompensas y falta de seguridad laboral.
Para enfrentar este problema las empresas deben identificar las causas fundamentales donde normalmente son producto de una mala gestión. En este tema los empleados también tienen la responsabilidad de informarse sobre sus derechos que puede ser el primer paso para provocar cambios positivos. Investigaciones han demostrado que se puede reducir el estrés relacionado con el trabajo y aumentar el bienestar de los empleados, estableciendo límites más estrictos entre el trabajo y la vida exterior, realizando pequeñas acciones como apagar el celular después de cierta hora de la noche, cerrar sesiones de correo y básicamente no estar disponible.
